* Heiner Ferley
Rincón Ramirez
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El
desarrollo económico está relacionado con el bienestar de las personas. El
nivel de bienestar que se puede alcanzar en una sociedad está determinado por
las decisiones que toman los agentes económicos, pero también del entorno
institucional y natural en el que se desenvuelven. Los 170 países miembros de
las Naciones Unidas en 2016 priorizaron 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible –
ODS que son “un llamado universal a la adopción de medidas para poner fin a la
pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y
prosperidad” (PNUD, 2018).
El desarrollo sostenible implica que las personas se reconozcan como sujetos de
derechos y que asuman responsabilidades en la reducción de la corrupción, la
promoción del acceso público a la información – rendiciones de cuentas, y la
adopción en todos los niveles de mecanismos inclusivos, participativos y
representativos (PNUD, 2018). Lo anterior, plantea que los gobiernos miembros deben promover sociedades justas, pacíficas e inclusivas en la facilite la formación de ciudadanos
competentes, con las habilidades para participar en la construcción de
soluciones sostenibles a los conflictos.
Siguiendo
esta línea, para el cumplimiento de estos objetivos se deben implementar múltiples
estrategias de formación, específicamente podemos mencionar como una de ellas, la
Educación Económica y Financiera, la cual está relacionada con el bienestar de
los ciudadanos de un país y es uno de los retos cuando hablamos de garantizar
educación de calidad, es decir el objetivo de desarrollo sostenible número 4. La disponibilidad de espacios
de aprendizaje en los que se permita a los participantes el desarrollo de
conocimientos, habilidades y actitudes para reconocer, comprender, analizar y
decidir responsablemente frente a problemas cotidianos influye el bienestar de
la sociedad (MEN, 2014). Esto implica entornos de aprendizajes eficaces en los
que según el PNUD (2018):
- Se promueva una cultura de paz y no violencia,
- Se puedan adquirir conocimientos teóricos y prácticos,
- Se produzca resultados de aprendizaje pertinentes y
- Se aporte a la mejora en el bienestar mediante “la educación para el desarrollo sostenible y los estilos de vida sostenibles” (PNUD, 2018).
Asimismo, teniendo en cuenta que los derechos humanos son universales, inalienables e
indivisibles y que están relacionados a vivir con libertad y con dignidad, el
enfoque de derechos en la Educación Económica y Financiera del MEN (2014) propone
- Usar principios y fundamentos que incentiven el progreso personal y se orienten al bienestar general.
- Promover el respeto del individuo, de los otros, de lo público y de los recursos con o sin valor monetario que los rodean.
- Fomentar los comportamientos responsables y solidarios en actuaciones cotidianas, económicas y financieras, con sentido ético y cívico.
En conclusión, proponemos que la Educación Económica y Financiera debería ser considerada una de las prioridades cuando hablamos de educación y paz con enfoque territorial. Fomentar las discusiones en el
aula de clase sobre la importancia del sector rural y otros sectores en la
economía del país; el acceso a recursos, los derechos de propiedad y la equidad
económica de la nación; la relación entre ahorro-inversión-desarrollo
económico; los hábitos financieros y la racionalidad de las decisiones de los
hogares; y la posibilidad de influir en cambios de comportamientos colectivos
mediante el cuestionamiento de las normas sociales son oportunidades para
reflexionar sobre la construcción de paz.
REFERENCIAS
MEN (2014) Mi vida, mi plan, mi
futuro. Orientaciones pedagógicas para la educación económica y financiera.
Recuperado de: https://www.mineducacion.gov.co/1621/articles-340033_archivo_pdf_Orientaciones_Edu_economica_financiera.pdf
PNUD (2018). Objetivos de
Desarrollo Sostenible. Recuperado
de: https://www.undp.org/content/undp/es/home/sustainable-development-goals.html